¿Cómo saber qué trabajar en la sesión? 🧠

¿Te ha pasado alguna vez que te sientes perdida durante la sesión? ¿Que tu consultante habla de todo y nada a la vez y tú no sabes qué hacer con tanta información? ¿Que no tienes ni idea de qué trabajar exactamente en la terapia? 😓

A todos nos ha pasado alguna vez, así que hoy voy a contarte por qué nos ocurre esto y qué podemos hacer para salir de allí.

¿Por qué, a veces, no sabemos qué trabajar?

Esto me pasaba muy a menudo cuando era una terapeuta novata y era porque me quedaba con el “problema en crudo”. Es decir, si Juanita venía a decirme que tenía problemas en el trabajo, yo me quedaba con eso y ahondaba en más detalles del problema. Mis preguntas hacían que Juanita solo diera más y más información con la cual yo no tenía NI IDEA de qué hacer.

Mis intervenciones o preguntas eran como flechas al viento que no tenían ninguna dirección. Las hacía solo para no quedarme callada, no porque tuviera nada en mente. Y al momento de cerrar la sesión, me volvía un ocho tratando de definir qué fue lo que trabajamos o conversamos.

Lo que Juanita me contaba lo llamamos “queja” en términos más psicoterapéuticos y se refiere al problema que trae el consultante como tal. A diferencia de lo que yo creía, con la queja o “problema en crudo” NO podemos hacer terapia.

Para poder trabajar necesitamos convertir la queja en una demanda, es decir, convertir el problema en algo trabajable en terapia. Pues nuestro rol no es dar soluciones a los problemas de las personas, eso NO es terapia. Es más, eso NO existe; tendría que existir alguien que conozca las soluciones a todos los problemas del mundo. Si conoces a ese alguien, por fa, preséntamelo. 😉

Ahora, esta conversión de queja a demanda no tienes que hacerla tú sola. En realidad, debe hacerla el consultante con la ayuda de tus preguntas. Y aquí va mi segundo error como terapeuta novata: yo asumía lo que debía trabajar en consulta, en vez de preguntarlo.

Hasta aquí, ya te he dicho por qué nos pasa esto a algunos terapeutas, básicamente porque no convertimos la queja en demanda. Ahora, te mostraré detalladamente las diferencias entre una y otra, con ejemplos pa’ que nos quede clarito.

Diferencias entre Queja y Demanda

Empecemos por el final. Miremos los siguientes ejemplos y luego te explico las diferencias:

Como ves, las quejas pueden ser simplemente descripciones de un problema. No guardan ninguna petición para el terapeuta. Ejemplo: “Todos en mi trabajo me odian”. Colega, en esta frase nadie te está pidiendo trabajar absolutamente NADA. Si con esta frase tú estás pretendiendo trabajar algo, ese algo es una proyección únicamente tuya.

La queja también suele estar centrada en otras personas y no en el consultante como tal. También podrían ser vagas o ambiguas, ejemplo: “Quiero ser feliz”, “quiero resolver este problema”, etc.

Mientras que la demanda es todo lo opuesto. Te detallo las características para que te sea más fácil identificarlas:

🎯 Realista: Es algo 100% alcanzable y lograble en terapia.
🎯 Centrada en la persona: Se especifican los cambios o metas que la persona desea lograr por sí misma en su vida.
🎯 Específica: Es tan claro que, cuando ocurra, ambos sabrán que la terapia ha sido exitosa.

Y una última característica/tip que puedo darte: Debe salir del consultante. NUNCA decidas tú qué es lo que tu consultante debe trabajar. Eso es un harakiri, en otras palabras, un suicidio terapéutico que te estarías haciendo. 😱

Ahora, ¿cómo haces para convertir la queja de tu consultante en demanda y que, además, esto salga de él o ella? Hay diversas estrategias, pero yo hoy quiero compartirte 4 preguntas que podrían ayudarte a lograrlo.

4 Preguntas para convertir la queja en demanda

Voy directo al grano:

¿Cómo crees que puedo ayudarte?
¿Qué deseas lograr con la terapia?
Si esta fuera tu última sesión porque ya estás bien y sientes que no necesitas terapia, ¿qué me estarías contando?
Si le contaras a un amigo que esta sesión fue exitosa, ¿qué le estarías contando?

Te voy a ser sincera: aunque amo las 4, usualmente uso la segunda y es suficiente. Desde mi experiencia actual, la mayoría de personas ya sabe de qué trata la terapia y qué van a hacer allí. Solo debes preguntarle qué están buscando. 🗣️

El problema ocurre cuando no les preguntamos, y entonces los consultantes se quedan solo hablando del problema porque creen que eso es suficiente para que el terapeuta pueda ayudarlos.

Sin embargo, siempre habrá uno que otro consultante muy centrado en el problema que podría ser resistente incluso a alguna de estas preguntas. Las cuales, te advierto de una vez, no son mágicas, pero sí tienen el potencial de sacar una demanda a relucir.

Y aún si no sacan la demanda a relucir de una vez, mínimo dirigen la conversación hacia ese lugar. A continuación, te comparto el extracto de una sesión para que leas en vivo y directo cómo podrías poner todo lo que hemos conversado en práctica.

Ejemplo de una sesión

Imagina que la consultante ya se desahogó, la terapeuta ya estableció un buen rapport y ahora sí le lanza la pregunta, con la cual recibe otra queja, pero sigue la conversación hasta convertirla en demanda.

Terapeuta: ¿Qué deseas lograr con la terapia?
Paciente: Quiero que mi pareja regrese conmigo. Se fue hace dos meses y no sé qué hacer. Necesito que me digas cómo puedo convencerlo, cómo hacer que se quede conmigo para siempre.
Terapeuta: Entiendo lo importante que es esto para ti, suena como algo que te está doliendo mucho. Cuando dices “que se quede conmigo para siempre”, ¿puedes contarme un poco más sobre qué te imaginas que sería diferente si él regresara?
Paciente: No sé… que él me quiera otra vez, que no se aleje, que estemos juntos como antes. Quiero consejos para hacer que me elija, que no mire a nadie más.
Terapeuta: Parece que estás buscando recuperar esa conexión especial que sentías con él, ¿verdad? Me pregunto… si él estuviera aquí, ¿qué crees que diría que necesita para sentirse cerca de ti? O incluso, ¿qué necesitas tú para sentirte bien, independientemente de lo que él decida?
Paciente: No sé qué diría él… supongo que a veces decía que yo era muy intensa. Pero yo solo quiero que me valore. Me siento tan mal sin él, como si no fuera suficiente. Quiero sentir que valgo algo, aunque él no vuelva.
Terapeuta: Eso que dices es muy importante. Suena como que, más allá de querer que él regrese, hay una parte de ti que está buscando sentirse valiosa, sentirte bien contigo misma. ¿Es algo así? Si pudieras trabajar en eso, en sentirte más segura y fuerte en ti, ¿cómo crees que te ayudaría?
Paciente: Supongo que… si me sintiera más segura, no estaría tan desesperada por él. Tal vez no me dolería tanto si no vuelve. Quiero sentir que estoy bien siendo yo, sin necesitar que él me lo diga.
Terapeuta: Eso suena como algo muy poderoso para trabajar juntas. Parece que quieres construir esa confianza en ti misma, sentirte completa por quién eres. ¿Te parece si empezamos por ahí, por fortalecer esa parte de ti que quiere sentirse valiosa y en paz contigo misma?
Paciente: Sí, creo que sí. Quiero eso, sentirme bien conmigo.
Terapeuta: Perfecto, entonces podemos enfocarnos en ayudarte a construir esa seguridad y amor propio, para que te sientas fuerte y en paz, estés o no con él. ¿Cómo te suena eso?
Paciente: Me suena bien. Creo que eso necesito.

Reflexiones Finales 🌟

Ser terapeuta es un reto. Es hermoso, pero complejo. Cada persona es un mundo y no existen recetas universales para lograr cosas como esta. Sin embargo, la reflexión sobre lo que hemos hablado el día de hoy te ayudará a lograrlo.

No tengas miedo de aplicar o explorar lo que aquí aprendiste durante la primera o la última sesión con tu consultante. Nunca es tarde para darle un rumbo al proceso terapéutico o incluso únicamente a la sesión.

Si tienes dudas, preguntas o te gustaría contarle a alguien un caso específico, no dudes en escribirme. Recuerda que puedes suscribirte a nuestro newsletter y enviarme un correo directamente a albanyscc@gmail.com.

Nos seguimos leyendo. ¡Un abrazo virtual! 🤗

Dejar un comentario