Miedo a quedarte en blanco en la consulta: ¿cómo superarlo?

Si también te preguntas cómo vencer el miedo a quedarte en blanco en la consulta te tengo dos noticias, una buena y una mala:

  • La buena es que sí se puede superar este temor, aunque no tengas años de experiencia cómo terapeuta.
  • La mala es que hay cosas que la experiencia no resuelve y esta es una de ellas.

He escuchado a terapeutas con más de 20 años de experiencia que temen no saber que decir o preguntar en determinado momento de la consulta y otros terapeutas muy jóvenes que tienen este temor, pero ¿cuál es la diferencia entre unas y otras? ¿cómo se puede superar este temor? este artículo va a responderte esas preguntas.

¿Qué hay detrás del miedo a quedarte en blanco?

Quiero empezar a responder esta pregunta con el extracto de una sesión con una consultante que es psicóloga y tenía el mismo temor:

  – ¿Y si no sé qué preguntarle al paciente? ¿y si me quedo en blanco? me preguntó.

   –  Imagina que ocurre, que el miedo a quedarte en blanco se hace realidad ¿qué sería lo peor que podría pasar a partir de eso? Le pregunté 

   –  Si me quedo callada o no sé qué preguntar, mi consultante pensará que no soy una buena terapeuta. 

Cómo ves, el temor a quedarse en blanco en la consulta es más bien un temor a quedar cómo una mala terapeuta ante nuestros consultantes. Este temor puede tener muchas raíces, pero desde mi perspectiva y experiencia, hay 2 creencias comunes e importantes.

"Debo tener siempre la respuesta o la pregunta ideal para mi consultante si no, soy una mala terapeuta"

Esto es lo que en terapia cognitiva llamamos una regla, en este caso es una regla que tengas siempre “la palabra correcta” para tu consultante o de lo contrario no serás una terapeuta lo suficientemente buena.

Además, esta creencia funciona como un “filtro mental” en el que ignoras todo lo que te hace buena para fijarte en un sólo punto que, según tú, podría hacerte una terapeuta no tan buena.

¿de dónde nos sacamos esa idea? todos, absolutamente todos los profesionales se equivocan, tienen un mal día de trabajo, cometieron un error en un proyecto que salió muy mal y nosotras, por ser psicólogas ¿no somos humanas igual que ellos? ¿no podemos cometer un error, no saber qué decir o que preguntar porque eso significa que no somos buenas terapeutas?

Las reglas, no sólo ponen una inmensa carga sobre nuestros hombros, sino que además suelen ser poco realistas; sin embargo, desde pequeños hemos llenado nuestra mente de ellas, así que quiero compartirte otra regla que solemos tener las psicólogas y que también está asociada a este temor.

"Debo solucionar el problema de mi consultante si no, soy una mala terapeuta"

Esta regla es sumamente pesada y si está presente en ti en este momento, entonces quizás estas extremadamente cansada, pasas algunas noches sin dormir pensando en los problemas de tus consultantes, lees, lees y lees preparándote cada vez más porque crees que no sabes lo suficiente para acompañar a tus consultantes.

¡Tienes razón! no sabes lo suficiente para resolver los problemas de todos tus consultantes porque nadie tiene ese nivel de sabiduría, si en verdad existiera una persona con ese poder, créeme que ahora estaría haciendo fila para verle y que resuelva todos mis problemas.

Las terapeutas NO somos solucionadoras de problemas, nuestro rol nunca ha sido resolver los problemas de las personas, aunque lamentablemente todos, incluso nosotras mismas, creamos eso.

Cada enfoque terapéutico tiene una propuesta diferente para lograr ese acompañamiento: hacer consciente lo inconsciente, identificar y reestructurar esquemas cognitivos, identificar y modificar lealtades familiares, etc. Lo que sí te aseguro es que ninguno propone que debas conseguir la solución a los problemas personales de los consultantes.

Cada enfoque terapéutico tiene una propuesta diferente para lograr ese acompañamiento: hacer consciente lo inconsciente, identificar y reestructurar esquemas cognitivos, identificar y modificar lealtades familiares, etc. Lo que sí te aseguro es que ninguno propone que debas conseguir la solución a los problemas personales de los consultantes.

Puedes quedarte en blanco, puedes no tener la palabra o la pregunta perfecta, puedes tomarte un tiempo en silencio para pensar y formular una pregunta, nada de esto disminuye la calidad de tu trabajo.

Estrategias para superar el miedo a quedarte en blanco

Aunque ya puedas reconocer las creencias detrás del temor a quedarte en blanco, quizás lo sigas experimentando, así que a continuación te compartiré algunas estrategias que podrían ayudarte a enfrentarlo.

Hacer algo relajante antes de iniciar la consulta

Esto de quedarse en blanco es algo que les pasa a todos alguna vez en la vida, quizás en la escuela durante un examen o cuando aprendemos un idioma nuevo y queremos hablarlo por primera vez. Esto ocurre porque estamos muy nerviosos.

Cuando el miedo se apodera de nosotros, nuestro cerebro activa el sistema de alarma y disminuye las funciones superiores que son precisamente las que más necesitamos para hacer terapia.

Lo mejor que puedes hacer para evitar este fenómeno es relajarte. Te sugiero hacer algo que te guste y te relaje al menos unos 15 minutos antes de iniciar tus sesiones y descubrir por ti mismo, cómo puedes mantener ese estado durante toda la sesión.

Mantente presente

Si estás escuchando a tu consultante y al mismo tiempo estás pensando en que vas a preguntarle, entonces no estás presente. Intenta únicamente escuchar a tu consultante sin pensar en absolutamente nada más.

Lamentablemente, estamos acostumbrados a escuchar para responder, no sólo en terapia, sino en todas las interacciones de nuestra vida. Te sugiero practicar a partir de este momento, la escucha real con las personas que te rodean, sin pensar en que vas a responder ni sacar conclusiones de lo que escuchas, sólo escucha. 

Ahora, si sólo escuchas ¿en qué momento formulas la pregunta o la intervención terapéutica? esta pregunta nos lleva a la siguiente estrategia

La estrategia del silencio

Si escuchas atentamente a tu consultante, no tendrás ninguna pregunta ni intervención formulada para el momento en el que termine de hablar y eso está bien, significa que has escuchado atentamente.

En ese momento, puedes usar el silencio a tu favor. Haz silencio intencionalmente mientras piensas en tu pregunta o intervención, es más, te sugiero que, aunque ya tengas una pregunta en mente, no la hagas inmediatamente, reflexiona sobre ella unos segundos antes de decirla.

De esta forma te vas familiarizando con el uso del silencio para pensar. Esto lo he aprendido de los terapeutas más expertos, incluyendo mi terapeuta que tiene más de 25 años de experiencia y es capaz de tomarse mucho más que unos segundos para intervenir.

Evita saturarte de información antes de la sesión

Cuando era una terapeuta novata, literalmente me atiborraba de información antes de una sesión, buscaba las mejores técnicas para atender lo que según yo era el problema de la persona. Leía, Leía y seguía leyendo hasta la saciedad, eso sólo me hacía sentir más insegura.

Ahora con más experiencia y confianza en mí misma, entendí que lo mejor que puedo hacer antes de la consulta es relajarme, poner todo mi esfuerzo en estar presente para el otro y confiar en que mi conocimiento sobre terapia saldrá en el momento y la forma adecuada para mi consultante.

Esto no significa que no estudie, al contrario, leo a diario sobre psicología y terapia, además de buscar formas de integrar eso a mi práctica, pero no lo hago para una consulta particular, sino para ofrecer un mejor servicio a todos mis consultantes.

En conclusión, evitar saturarte de información, mantenerte presente y relajado, usar el silencio a tu favor y por supuesto trabajar las creencias que subyacen al miedo de quedarte en blanco en la consulta, son las mejores formas que he descubierto para afrontar este miedo; a tal punto que ha desaparecido en mí y en otras colegas a las que he acompañado en consulta.

Ser terapeuta debe ser algo que amas y disfrutas, no que te genere miedo y sea percibido constantemente cómo una amenaza o la posibilidad de quedar mal, mereces trabajar tranquila y relajada, aunque tengas poca o mucha experiencia.

Nos seguimos leyendo

¡Un abrazo virtual!

Sobre la autora
Albanys Cuauro

Psicóloga apasionada por mi profesión. Comparto mis experiencias además de recursos y herramientas prácticas para psicólogos. Conoceme más.

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