Puntos claves
Toggle¿Es posible hacer una buena terapia con un paciente que no habla en consulta?
Sí, pero para ello es necesario conocer los motivos de su silencio.
Quizás has atendido a personas que te responden con frases sumamente cortas. Tal vez ni siquiera responden tus preguntas y se cierran de brazos, una conducta muy común en adolescentes.
Cada falta de comunicación tiene diferentes trasfondos, y es importante conocerlo antes de empezar el proceso terapéutico.
Las 3 razones de un paciente que no habla en consulta
Resistencia o salvación de su voluntad.
Esta razón es muy común en personas que van a terapia forzadas por otra persona.
Usualmente los niños y adolescentes van obligados por sus padres, ante esto, mantenerse en silencio es una forma de ejercer la poca voluntad que pueden.
Imaginate a ti mismo en la misma situación, te obligan a ir a hablar con alguien que no quieres, lo mínimo que puedes hacer es mantenerte en silencio para hacer notar tu desagrado.
Ahora, eso no significa que cuando tienes consultantes así debas darte por vencido. Hay formas de trabajar con estas personas.
Más adelante, te compartiré algunas estrategias para lograrlo.
Miedo al juicio o la crítica
Esto nos ocurre a todos, yo tampoco le conté todo a mi terapeuta en un inicio por temor a lo que podría haber pensado de mí.
Sin embargo, esto lleva a algunos consultantes a hablar muy poco o absolutamente nada de lo que les aqueja. El miedo puede llevarlos a retraerse y a ser cautelosos en cuanto a lo que comparten en sesión.
Algunos incluso, hablan mucho pero no de algo que se pueda trabajar en terapia, sino de mucho contenido que parece vacío.
Trauma simple y complejo
El trauma simple se refiere a un gran evento que la persona ha vivido de forma traumática, por ejemplo: un terremoto, un abuso, un secuestro, la muerte de un ser querido etc.
En estos casos, las personas podrían parecer desconectadas de sí misma y su entorno, sin intenciones de comunicarse. Este tipo de trauma es relativamente fácil de identificar.
Sin embargo, el trauma complejo no es tan fácil de identificar, incluso es posible que más personas de las que creemos tengan un trauma complejo y aún no nos enteramos.
Te prometo un artículo completo al respecto, por ahora te compartiré una breve explicación de lo que es un trauma complejo y cómo influye en el paciente que no quiere hablar.
Se produce cuando una persona ha vivido de forma repetida, experiencias en las que se siente en peligro, inseguro o emocionalmente solo en momentos de vulnerabilidad.
Estas experiencias son interpersonales, es decir, quien genera la sensación de peligro, inseguridad, etc, es otra persona. Es un tipo de trauma que se da en las relaciones interpersonales.
Usualmente, en la relación con los padres, cuidadores o la pareja. Cómo consecuencia, la persona tiene grandes dificultades para sentirse seguro en las relaciones con los demás y eso incluye a su terapeuta.
Es posible, que aunque vaya a consulta porque quiere estar mejor, la persona al sentarse frente a ti esté totalmente desconectada de sí misma, con síntomas de disociación porque su cerebro ya asoció las relaciones interpersonales cómo peligrosas y utiliza la disociación cómo mecanismo de defensa ante el inminente peligro que representa otro ser humano.
¿Cómo intervenir con un paciente que no habla?
Una vez identificás la posible razón del silencio o falta de comunicación de tu consultante, es hora de intervenir según sea el caso.
A continuación, te comparto algunas estrategias para cada caso.
En casos de resistencia
Mientras el consultante considere que ir a terapia es un acto forzado, la terapia no va a funcionar. Así que nuestro primer trabajo es cambiar esa situación.
Si la persona está sentada frente a ti en la consulta, aunque sea obligada, es porque algo quiere.
Quizás quiere que sus padres lo dejen de fastidiar o tal vez quiere complacer a un tercero para que ya no lo moleste más con esto de la terapia.
Esa es la voluntad del consultante y con eso podemos trabajar ¿cómo?
Hazle saber a tu consultante que estás allí para él o ella y NO para sus padres o quien quiera que lo esté forzando a ir, que tú le vas a ayudar a lograr lo que desea.
Y ¡Ey! que sea cierto. No lo digas únicamente para obtener su cooperación, la terapia siempre es para el consultante y no para otros.
Comienza a indagar lo que la persona desea y una vez te responda acompañale a descubrir cómo lograrlo.
Por ejemplo, si lo que desea es dejar de ir a terapia, pregúntale ¿Qué debe ocurrir para que ya no tengas que venir más?
¿Qué tendrían que ver los maestros en la escuela para que ya no le digan a tus padres que tienes que venir a terapia y así puedas deshacerte de esto pronto?
Te prometo que eso que llamamos resistencia, caerá. Y es que su mismo nombre lo dice, la resistencia es una fuerza que se opone a algo.
Una persona, para poner resistencia, debe haber algo en el entorno que la fuerce a hacer algo que no desea.
Si nos ponemos del lado de nuestro consultante, la resistencia desaparecerá.
Si te gustaría profundizar más en técnicas para trabajar con pacientes involuntarios te recomiendo los libros que verás a continuación.
En casos de miedo al juicio o la crítica:
Tómate el tiempo necesario para establecer una relación de confianza, no tienes que pedirle a tu consultante que te hable de su mayor problema en la primera sesión.
Hazle saber que es un proceso a su ritmo y que puede hablar de lo que desee cuando desee, pero que tu quieres empezar conociéndolo cómo persona.
Puedes pedirle que te cuente que le gusta hacer, de qué trata su trabajo o cuales son sus sueños, en fin, pregúntale lo que le preguntarías a una persona que quieres conocer socialmente y no cómo paciente.
Esto te permitirá ir estableciendo confianza y por supuesto empatizar con las pequeñas cositas que te cuente y aceptarlas incondicionalmente, esto le irá indicando a tu consultante que puede contar contigo.
También puedes decirle directamente que tu trabajo no es juzgar ni criticar y que si lo hicieras estarías haciendo un mal trabajo, que como consultante tiene la libertad de indicar si se siente de esa forma contigo.
En casos de trauma
¡No te apures! en estos casos lo mejor siempre será validar y normalizar el silencio, hazles saber que está bien sentirse incómodo o reticente a hablar en terapia.
Aplica lo que te conté anteriormente de conocer a la persona cómo persona y no como paciente.
También te sugiero muchísimo incluir pequeñas técnicas corporales que le permitan a tu consultante conectar con el presente.
Cosas como estar descalzos en la consulta, hacer ejercicios de respiración, poner toda la atención en una parte del cuerpo, pueden ayudar.
Por otra parte, enfócate en lo que el consultante desea lograr y no necesariamente en el problema que tuvo, hablar del trauma puede ser revictimizante si la persona no desea hablar de ello.
Por último, aunque no lo creas, existen terapias no verbales cómo el EMDR y si ves que no logras avances con tu consultante es posible que debas remitir a un especialista en trauma.
Porque lo que ocurre con el consultante al disociarse o ponerse en estado de alerta es que su funciones cognitivas superiores no están disponibles y por lo tanto en ese momento no es capaz de reflexionar verbalmente.
A continuación te comparto un par de libros que explican, no sólo cómo funciona el trauma, sino que propone diversas formas de intervención, resaltando la importancia de incluir el cuerpo en la psicoterapia.
Sugerencias finales
Colega, yo también he estado ahí, frente a un paciente que habla o responde con frases muy cortas.
Mis primeros pensamientos eran “lo estoy haciendo mal y mi consultante lo sabe”.
Eso sólo me ponía más nerviosa y seguramente terminaba haciéndolo no tan bien.
La mejor sugerencia que te puedo regalar es que en estos casos mantengas la calma.
Tu sesión no tiene que obligatoriamente durar 1 horar, tu consultante no tiene que obligatoriamente hablar de su problema en las primeras sesiones.
La sesión es un espacio para tu consultante, tu único trabajo es descubrir que quiere y acompañarlo.
Te prometo que cuando tú cooperes con él, entonces él cooperará contigo, pero esto puedes lograrlo únicamente si estás en calma.
Te envío un gran abrazo virtual
¡Nos leemos pronto!
Psicóloga apasionada por mi profesión. Comparto mis experiencias además de recursos y herramientas prácticas para psicólogos. Conoceme más.