Puntos claves
Toggle¿Te ha pasado alguna vez que tienes un consultante o paciente que habla mucho y parece que no te deja intervenir?
A mí sí, y cuando ocurría me sentía confundida, creía que sólo tenía dos opciones:
- Interrumpirle, aunque eso fuera muy poco empático y de mala educación.
- Escucharle atentamente, aunque se tomara la hora completa de sesión y yo no tuviera ninguna participación.
Solía tomar la segunda opción; sin embargo, esto se repetía en las siguientes sesiones y yo personalmente consideraba que la terapia era para algo más que contar anécdotas dolorosas de forma detallada.
Después de seguir estudiando psicoterapia y algunos años de experiencia hoy elijo un camino totalmente diferente. Así que quiero compartirte mis reflexiones y estrategias para trabajar en esta situación.
¿Por qué un paciente habla mucho?
Desde mi experiencia, hay varios factores que pueden influir en las personas para que den tantos detalles en su discurso, uno de ellos es que consideran que esos detalles son necesarios para ser comprendidos.
Piensan que, si no te brindan esos detalles, tú no podrás comprender su situación. Es importante que lo tengas en cuenta, pues esto puede estar relacionado a su historia personal o infantil.
Por alguna razón, tu paciente o consultante aprendió que debe dar muchas explicaciones para ser comprendido.
También he notado, que algunas personas consideran que deben ganarse la aprobación del terapeuta y eso lo logran haciendo lo que el terapeuta desea: hablando.
Por otra parte, también he identificado que pueden ser personas con una alta carga emocional, con múltiples problemas a tratar en consulta y su mente va a mil por hora. Lo largo de su discurso, refleja lo pesada que está siendo su carga emocional en este momento.
Teniendo todo esto en cuenta ¿qué podemos hacer para acompañar a estas personas empáticamente y a la vez intervenir terapéuticamente?
Sugerencias terapéuticas
Antes de compartirte algunas sugerencias prácticas, quiero que tengas en cuenta que todo lo que ocurre en terapia es valioso, NO pienses que tu consultante o paciente habla mucho sólo porque quiere, detrás de toda conducta siempre hay una historia.
Ahora sí, veamos las sugerencias:
Interrumpe
Sí, olvida todo lo que te han dicho acerca de que interrumpir es de mala educación. No vas a interrumpir porque quieres hablar de ti o porque quieres que la persona deje de hablar, vas a interrumpir porque quieres conocer lo más importante de esa persona: su experiencia interna.
¿Cómo lo hago yo? En las primeras ocasiones le indico: “disculpa que te interrumpa, has dicho algo que considero muy importante y no quiero que lo pasemos por alto, podrías decirme (inserto pregunta terapéutica)”
La pregunta terapéutica va a depender 100% de tu enfoque de trabajo, yo personalmente trabajo con pensamientos así que usualmente trato de identificar que piensan las personas en los momentos más críticos de su historia.
Una de mis preguntas terapéuticas más comunes en estos casos es ¿qué pensamientos pasaron por tu mente en ese momento? Y a partir de allí se desencadena toda una conversación centrada en la experiencia interna de la persona y no en los detalles de su anécdota.
Ahora entiendo que interrumpir en vez de ser un acto de mala educación es un acto de auténtico interés por mis consultantes y ellos también lo sienten así.
Demuestra comprensión
Es posible que tu entiendas lo que la otra persona te está contando, pero no es lo mismo entender que demostrar que entiendes, para esto puedes usar algunas técnicas cómo el parafraseo o resumen de lo que la persona te está comentando.
Si lo haces, tu consultante sabrá que está siendo escuchado, entendido y eso ya es terapéutico. Además, esto te permitirá introducir una pregunta terapéutica.
Ejemplo: «Ana, me comentaste que (insertas un resumen usando las mismas palabras de tu consultante) a partir de todo eso que me comentaste me gustaría saber (insertas tu pregunta terapéutica)»
Ten en cuenta que uso modelos y ejemplos para que todo quede más claro, al final del día no son recetas de cocina que puedas aplicar en tus sesiones, porque cada persona es un mundo y cada conversación es única e irrepetible.
Céntrate en el proceso presente
Los consultantes tienen experiencias internas importantes cuando ocurren momentos críticos en su vida, pero esos no son los únicos momentos.
Cuando están sentados frente a un terapeuta contando situaciones dolorosas con la esperenza de que ese terapeuta les ayude a entenderlas o afrontarlas mejor, también ocurre una experiencia interna importante.
Sabiendo esto, puedes indagar sobre lo que está ocurriendo en la persona en el momento presente, mientras te cuenta esta historia. Podrías identificar algunas señales no verbales para hacer un pequeño reflejo y estimular la conversación terapéutica
Ejemplo: Ana, mientras me cuentas lo que ocurrió con tu jefe la semana pasada, puedo ver cómo tus hombros se encogen y agachas la cabeza ¿podrías decirme que emoción estás sintiendo en este preciso momento? O ¿qué pasa por tu mente mientras me estás contando esto?
Este movimiento terapéutico te permitirá acompañar a la persona a mirarse a si misma y redireccionará la conversación hacia la terapia. Ten en cuenta que las preguntas o intervenciones que hagan siempre estarán fundamentadas en tus principios y enfoques terapéuticos.
Recuerda, el consultante o paciente que habla mucho usualmente está diciendo poco de sí mismo y mucho de su anécdota, vamos a interrumpirlo porque para nosotros él o ella es más importante que los detalles de un suceso, vamos a hacerlo de forma empática y demostrando que comprendemos su historia pero que además nuestro interés por ellos es auténtico.
Nos seguimos leyendo
¡Abrazos virtuales!
Psicóloga apasionada por mi profesión. Comparto mis experiencias además de recursos y herramientas prácticas para psicólogos. Conoceme más.
Muchísimas gracias por este contenido. Has resuelto una pregunta que no sabía que tenía hasta hace poco que unas consultantes han presentado la misma forma de comunicarse y yo sin saber como interrumpir, solo asentía con la cabeza hasta esperar que terminen.
Me alegra mucho que te haya sido de utilidad, espero puedas seguir sacandole provecho a mis artículos. Un abrazo.